La masía está en Atzeneta del Maestrat a 1000 m. de altura en un camino rural que conecta Atzeneta con Xodos.
Atzeneta es un pueblo que forma parte de la provincia de Castellón y oficialmente esta incluida oficialmente en la comarca del Alcalaten. La población esta reivindicando en tramites oficiales su inclusión en la comarca del Alt Maestrat, argumentando datos históricos que no se tuvieron en cuenta en una no perfecta comarcalización que se realizó.
El acontecimiento histórico que, es clave para solicitar la inclusión de Atzeneta en la comarca de l’Alt Maestrat, ( recordemos que su nombre actual es ya Atzeneta del Maestrat ), en la comarca tiene lugar en 1316, cuando el municipio se une a la Setena de Culla, una agrupación de municipios vinculados por intereses económicos y ganaderos comunes.
Esta institución, que funcionó hasta mediados del siglo XIX, agrupaba a Culla, Benasal, Vistabella, Benafigos, Villar de Canes, Torre d’En Besora y Atzeneta. Más tarde, cuando se delimitó la provincia en comarcas, se decidió agrupar a todas estas localidades en l’Alt Maestrat excepto a Vistabella, Benafigos y Atzeneta. Toda esta problemática fue, precisamente, esta comarcalización «arbitraria».
La palabra masía designa a una finca rústica, hacienda, granja o casa de labor en los territorios del antiguo Reino de Aragón.El vocablo deriva del latín mansus ( finca o villa, lugar de permanencia o residencia en el campo). La palabra latina mansus procede del verbo manere ( permanecer, quedarse, residir), de donde también salen vocablos como mansión, permanecer o remanso. En las calzadas romanas existían «las mansio», lugares de descanso que se establecían para los viajantes por todo el imperio.
Ademas de las edificaciones que constituían la masada o la masía como habitáculo para las familias y sus animales, buena parte de las parcelas asociadas a las masías se destinaban a la producción de cereal. Era frecuente también la viña, así como huertas de pequeño tamaño en el fondo de los barrancos y valles más húmedos. A menudo una balsa o un simple pozo era suficiente para cultivar humildes parcelas de hortalizas y verduras, casi siempre al amparo de un muro de piedra seca.
La mayoría de las masías tiene su fachada principal orientada hacia el sur. Las construidas con anterioridad al siglo XVI tiene una puerta de entrada de dovelas mientras que las que se construyeron hasta el siglo XVIII son de dintel. La planta no solía superar los cinco metros y el cubrimiento se realizaba mediante un entramado de vigas de madera colocado de forma perpendicular a la fachada. Se recubría con tejas en la antiguo Reino de Valencia.
Asimismo se construían artísticos aljives para la recogida de las aguas de lluvia.
La ganadería también tenía un peso específico en la vida de estas masias, gracias al aprovechamiento de pastos en las umbrías y a la producción de forraje. Para gran parte del interior montañoso fue muy importante el ganado ovino, aunque gracias a los pastos se mantenían otros animales como asnos, toros y vacas. Todos ellos eran imprescindibles en los trabajos agrícolas y en los desplazamientos que se efectuaban de masía a masía, o bien desde éstas hacia el pueblo.
La era para el trillado de los cereales y con las construcciones para su almacenamiento. Para cocinar existían los hogares y los hornos de piedra. También se realizaba la fabricación de cal de múltiples usos.
La elaboración de la cal viva han dejado restos de los recintos donde se realizaba esta técnica antigua con la piedra caliza.
El horno fue alimentado con arrobas de leña seca, de matas espinosas o de boj, que tienen un poder calorífico alto.
La calcinación duró tres días y tres noches; durante este período los obreros se alternaron para mantener constante la temperatura de la caldera a 1000 grados.
Calcinando, la caliza o carbonata de calcio (CaCO3) se transforma en cal viva o óxido de calcio (CaO) desarrollando su anhídrido carbónico:
CaCO3 – CO2 = CaO Después de la cocción, las piedras fueron seleccionadas y guardadas en recipientes al amparo del air para evitar la carbonatación de ellas, que habría sacado a la cal sus propiedades colantes.
La cal viva se apagada mojandola con una cantidad de agua igual a la mitad de su peso. Esta hidratación provoca la desintegración rápida de las piedras y produce una fuerte emisión de calor.
El polvo que se consigue según la reacción Cao + H2O = Ca(OH)2 es la cal apagada o hidróxido de calcio Ca(OH)2
La cal producida tuvo que ser conservada en lugar seco, encerrada en recipientes o sacos herméticos; fue suficiente para responder a las exigencias de una aldea entera usandose como aglomerante en la construcción y como pintura de las paredes.
Junto a la vivienda principal o al otro lado de la era, los masoveros criaban cerdos, conejos, gallinas, ocas y palomas, los cuales eran un complemento dietético fundamental en este entorno especialmente difícil para el asentamiento.