La idea primigenia de realizar una película sobre la figura del legendario personaje medieval castellano, se remonta a principios de los años 50. La iniciativa surgió de la mano de Rafael Gil que tenía un proyecto de guión y los derechos de la historia.
El guión lo estaba preparando Vicente Escrivá con el asesoramiento histórico de Gonzalo Menéndez Pidal, hijo del prestigioso historiador Don Ramón. Para el reparto se preveía la participación de Francisco Rabal en el papel estelar.
El resultado final que ha transcendido es la película que lógicamente es muy diferente de la que se podía haber rodado con un equipo español. Uno de los principales determinantes viene condicionado por la personalidad del productor Samuel Bronston que al poco de establecerse en España absorbió el proyecto inicial cuando compró a Rafael Gil los derechos de la historia.
Del proyecto inicial no se conservó prácticamente nada, ya que el guión de Escrivá fue rechazado. Del elenco previsto no quedó nadie ya que todo el reparto se elaboró de nuevo, partiendo de la idea de contratar a Charlton Heston para asumir el papel del Cid. Mann llego a pensar en su mujer Sara Montiel para el papel de doña Jimena, rechazando ésta el trabajo y recomendado a Sofía Loren que fue la elegida finalmente.
Por tanto de un proyecto inicial necesariamente modesto en sus pretensiones y cuya proyección exterior hubiera sido limitada,se pasa a uno nuevo muy ambicioso y con un claro carácter de superproducción y con proyección internacional.
Samuel Bronston no escatimó en la elección del equipo, contratando para el papel de Rodrigo Díaz de Vivar/El Cid a Charlton Heston que ya se estaba especializando en la interpretación de personajes históricos colosales en los Diez Mandamientos (1956) y Ben Hur (1959,) luego continuará con El Cid (1961), La Historia jamás contada (1965), 55 días en Pekin (1965), y El Tormento y el Extásis (1965).
Para el personaje de Doña Jimena fue elegida Sofía Loren y para el papel de Fáñez a Massimo Serato, aunque se había pensado en un principio en Sean Connery, un joven actor escocés poco conocido. Para la elaboración del guión fue contratado Philip Yordan escritor, productor y guionista perseguido por el maccarthismo y que había firmado textos de gran calidad como Johnny Guitar 1954.
Para la música fue elegido uno de los grandes músicos de Hollywood, el compositor norteamericano de origen húngaro Miklos Rozsa. Finalmente para la dirección Bronston pudo disponer de un avezado profesional como Anthony Mann, que había iniciado su carrera en 1942 especializándose sobre todo en westerns.
Anthony Mann (1906-1967) que completó en vida treinta y ocho largometrajes es un director de cine que como John Ford nunca fue considerado un genio ni se le tuvo en cuenta a la hora de otorgar las famosas estatuillas de los Óscar.
Más tarde Orson Welles aprovechó el vestuario del Cid para rodar Campanadas a medianoche (1965)
Peñíscola fue elegida para esta gran película para representar a la ciudad de Valencia y fueron miles los vecinos del Maestrat que se beneficiaron durante varios meses de una fuerte inyección de dinero trabajando como extras durante el rodaje en Peñíscola de una de las superproducciones más importantes de Hollywood en aquellos años. Pagaban 20 duros al día y un bocadillo de tortilla y eran cientos los extras que a diario querían un papel del tipo que fuese.
El Cid tendrá algunas contradicciones históricas, eso sí, porque entonces la película ya no sería de Hollywood, habrá manipulaciones impuestas por estrellas caprichosas que sólo pretenden lucirse en la pantalla sin importarles ningún otro concepto, pero es la película favorita de Martin Scorsese, el presidente Kennedy fue un fan entusiasta de la misma y sobretodo del personaje central que invitó a Charlton Heston a la Casa Blanca para que le hablara del Cid Campeador. Hasta 1961, fuera de nuestras fronteras nadie sabía quién era el Cid, desde entonces se estudió en muchos colegios estadounidenses y del resto del mundo.
Samuel Bronshtein conocido como Samuel Bronston (Chisinau, Besarabia, (actual Moldavia), Imperio ruso, 26 de marzo de 1908 – fallecido en Sacramento (California, EEUU), 12 de enero de 1994) fue un productor de cine estadounidense de origen ruso. Sobrino del legendario político León Trotski, su familia emigró primero a París y después a los Estados Unidos. Falleció de una neumonía provocada por el avanzado estado de Alzheimer y fue enterrado, como era su deseo, en Las Rozas (Madrid).
Otro punto de fricción fue la utilización de la palabra España para hablar de la patria que en realidad es Castilla, pero la película alude en el guión al conjunto de reinos de la Península en peligro por las huestes de Ben Yusuf (genial Herbert Lom) y no a un solo territorio por lo que su inclusión es aceptable ya que el vocablo España procede de Hispania, el nombre que los romanos dieron a la Península Ibérica cuando la conquistaron.
Así, en tiempos de los romanos «Hispania» correspondía al territorio que ocupaban en la península, Baleares y, en el siglo III, parte del norte de África (la Mauritania Tingitana, que se incluyó en el año 285 en la Diócesis Hispaniarum).
En el dominio visigodo, el rey Leovigildo, tras unificar la mayor parte del territorio de la España peninsular a fines del s.VI, se titula rey de Gallaecia, Hispania y Narbonensis. San Isidoro narra la búsqueda de la unidad peninsular, finalmente culminada en el reinado de Suintila en la primera mitad del s.VII y se habla de la madre España. En su obra Historia Gothorum, Suintila aparece como el primer rey de «Totius Spaniae«. El prólogo de la misma obra es el conocido De laude Spaniae (Acerca de la alabanza a España).
Tanto en la versión original estadounidense en inglés como la española en castellano cuando El cid (Charlton Heston) parte para el exilio grita “¡Por España!” mientras que en el doblaje catalán de TV3 grita “¡Per Castella!”.
Heston, que ya había sido un improbable mexicano en Sed de mal, asumió el heroico papel protagonista. Y Sofía Loren, que en España rodaría también Orgullo y pasión y La caída del Imperio Romano, se metió en la piel de Doña Jimena.
Si ya en pantalla el feeling no fue demasiado, en el rodaje faltó poco para que se tiraran los trastos a la cabeza. De él se decía que tenía alergia a la ducha, además de que, como confesó en su autobiografía años más tarde, no congeniaba con Anthony Mann y quería que William Wyler, quien le dio el papel de su vida en Ben Hur, se hiciera cargo del proyecto.
De ella, que ese mismo año ganaría el Oscar por Dos mujeres, se decía que tenía demasiado subido a la cabeza que con El Cid acababa de batir el récord de salario para una actriz con un millón de dólares, más de lo que cobraba Heston.
En cualquier caso, superado un rodaje interminable, la película de El Cid, guste o no a los puristas del material literario y aun considerando que ha envejecido mal como pocas, fue un éxito de público y optó a tres Oscar, uno de ellos por una canción muy poco española llamada The Falcon and the Dove, compuesta por el húngaro Miklós Rózsa.
Sus 6 millones de dólares de la época de presupuesto se tradujeron en 26 solo en Estados Unidos y la cinta contribuyó enormemente a popularizar la gesta de El Cid Campeador, a poner de moda la Reconquista como material cinematográfico y a despertar el interés turístico por una España mas allá de la costa.
Con esta película empezó el gran camino en el mundo del turismo, que ha realizado Peñíscola en el mundo del turismo internacional.
Para ver más imágenes ir al carrusel inferior.
Puedes usar las siguientes etiquetas y atributos HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>
Comentarios