La película nos presenta la extraña y asombrosa historia de Máxime Stransky narrada a través de sus filmaciones amateurs, sus home movies privadas. Una película de ficción realizada con fragmentos de realidad, un documental histórico filmado con los engranajes de la ficción.
Es la odisea de aquellos que se arriesgaron a soñar y fueron devorados por sus sueños. Una aventura en los orígenes del cine y las utopías, una road movie histórica.
Maxime Stransky es amigo de la infancia de Sergei Eisenstein, un actor en el Moscú de 1920 y aventurero de la revolución, falsificador y productor de Hollywood, el montador de cine de Stalin.
Ambos van a vivir el gran viaje de la creación individual mediante el cine y la formación colectiva de una nueva sociedad. A través de los cruces, encuentros y bifurcaciones de los dos caminos de Maxime y Sergei Eisenstein contaremos con que materia se forjan los ideales de un periodo histórico pero vistos desde el ojo del Cine.
Maxime nos irá desgranando sus certezas y dudas, sus misiones como actor-espía de Stalin, su implicación en el Crack del 29, su traición a Eisenstein, sus dos familias –la rusa y la americana- la Guerra Civil española, la Segunda Guerra Mundial, la operación Borodino donde consiguió los planos de la bomba atómica, su mítica escapada del FBI por el Polo Norte, su ascenso a héroe de la patria socialista, su deportación fulminante al Gulag de Kolimá en 1952 y su desaparición.
Nos narra la vida de Máxime en un siglo XX convulso por las hermosas utopías que engendraron sueños felices y pesadillas atroces. Luces y sombras. La gran metáfora del Cine
El director Valentí Figueres describe así la película: El Efecto K. El Montador de Stalin es a la vez una historia de aventuras, un cuento mítico sobre el cine, la leyenda de una amistad, la narración sobre el sufrimiento universal del ser humano, el mito del héroe y su descenso a los infiernos. Esta es la historia de un actor-espía que al fin supo decir no a Stalin.
El Efecto K nos habla de la memoria/verdad y de cómo puede ser modificada, traicionada y suprimida. Máxime se enfrentará a este dilema de manipular sus propios recuerdos y crear un nuevo significado de los hechos que vivió. Máxime será el observador de su historia personal y colectiva, y tomará una decisión frente a Stalin.
Stalin, El Dios-Caníbal, es el Gran Devorador de la Memoria, el constructor de un inmenso Efecto K social. Es aquí donde reside la mirada original del film. El Efecto K no solo ocurre en el ámbito cinematográfico, sino que también influye en el cuerpo social. El gran efecto oK social.
Exploramos la memoria colectiva de un periodo privilegiado donde el arte y la vida se contaminan entre sí, donde nacen las teorías estéticas y las teorías sociales de un mismo caldo de cultivo.
Para entender el siglo XXI tenemos que girar la vista atrás e intentar comprender que sucedió con nuestra inocencia ideológica en el siglo XX.
Dirección | Valentí Figueres |
Producción | Los sueños de la hormiga roja SLU |
Guion | Helena Sánchez Bel y Valentí Figueres |
Música | Luís Prado Rodero |
Fotografía | Pablo García |
Montaje | Carles Candela, Helena Sánchez, Valentí Figueres y Pablo García |
Protagonistas | Jordi Collado Valentí Piñot Anthony Senen Joan Raga Marisa Ibáñez Victoria Cuevas Antonio Bachero |
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