Algunos datos de los medios de transporte, servicio de postas y caminos en torno de un viaje histórico.
En el libro de Cock se describe el viaje que Felipe II realizó en 1585 y principio del 1586 desde Madrid pasando por Zaragoza, Monzón, Barcelona, Valencia y que un 6 de enero tuvo como escala en Traiguera, donde está la casa rural Thiar Julia. En este escrito se relatan interesantes momentos,y grandes acontecimientos, así como la composición de la comitiva:
…del su palacio de Madrid salió despues sábado a diez y nueve del mes de Enero deste año de mil y quinientos y ochenta y cinco, á las dos horas despues de comer, yendo caballero delante del coche con seis caballos donde iban sus hijas teniendo la mayor dellas al Príncipe en su regazo. Habia venido la guardia del cuerpo del Rey, los archeros á caballo en el campo a las puertas del palacio. Habia asimismo venido la guardia de los alabarderos, ansí tedescos como españoles, para que, como lo tienen de costumbre fueran con el Rey. Habían venido los nobles, caballeros y embaxadores yendo delante del Rey. Todos muy alegres y contentos le deseaban buen camino y que con salud volviese à la Corte… Las damas iban tras las Infantas repartidas en seis coches… …fuimos a nuestras viejas posadas de Torralba, donde la cebada para los caballos era mucho más cara que solía ser en Castilla, porque cinco reales cuasi no bastaban cada día para un caballo… …la velocidad de un viaje solía ser de cuatro a seis leguas diarias, con algún día de siete u ocho legua de manera excepcional… …porque el día siguiente, juéves á siete de Febrero, no sentimos otra cosa que agua, granizo, nieve y recios vientos, y teníamos que andar cinco leguas bien grandes…
Coches de viaje. Los coches y carrozas caracterizados por su bastidor único o viga del que se suspendía la caja, habían hecho su aparición en España, a finales del siglo XV procedentes de Flandes.
En pocos años se generalizó su uso, prueba de ello es una petición de las Cortes de Valladolid, del año 1555, en que se solicita que se prohibiera su uso por los accidentes, e incluso desmanes, que se imputan a los nuevos vehículos.
Debido a la gran aglomeración de carruajes en las calles de Madrid, se impuso una ordenanza por la cual los coches solo podían llevar 2 caballos de tiro, exceptuando a los duques, marqueses y obispos que podían llevar 4, todo para evitar ocupar la vía y mejorar el tráfico. Sus majestades y demás miembros de la familia real, quedaban exentos de tal orden y hacían gala de su poder luciendo un tiro de 6 caballos. Esto distanciaba mucho el tiro delantero del trasero, llegando a usarse correas o tirantes hasta llegar a las cinco varas de distancia, lo que se conocía como llevar tiros largos. De aqui nace que ir de tiros largos es ir de alto nivel.
Para protegerse del polvo y las inclemencias del exterior, se utilizaban unos lienzos encerados hasta que se impuso el primer carruaje con cuatro cristales, llevado por el Marqués de Toral en 1625. Hubo gran cantidad de tipos de carruajes con distintos nombres: carrozas, coches, carricoches, calesas, estufas, furlones y birrotones, éste último de solo de dos ruedas. Parece ser que el primero en verse por Madrid fue importado de Alemania, en 1548 por Carlos V.
Durante casi toda la Edad Media apenas se conoció el coche; y, aunque los transportes de materiales pesados se hicieron, como en épocas anteriores, en carros, para viajar se valía el pueblo del asno o el mulo, los señores de caballos, y las damas y eclesiásticos, de literas, mulas y palafrenes; costumbre que persistió hasta bien entrada la Edad Moderna, no obstante ser, ya entonces, las carrozas de uso frecuente y general. Sin embargo, en el siglo XIV hallamos los coches llamados bamboleantes, para las damas; y ese vehículo perfeccionó lentamente su mecanismo, hasta llegar, en el siglo XVI, al coche de suspensión.
Servicio de postas. Los más importantes y veloces correos de la época de Carlos I o Felipe II eran los pertenecientes a la familia de los Taxis. Una familia italiana, los Tasso, crearon uno de los primeros servicios postales europeos. Hacia 1500 tenían un servicio de correo por toda Europa: Bruselas, Roma, Nápoles, España, Alemania y Francia. En 1650 se trasladaron a Alemania, donde cambiaron su apellido por el de Thurn und Taxis, mientras que en España fueron conocidos como Tassis. El servicio de postas de los Taxis era tan efectivo que un mensaje de Madrid a Bruselas llegaba en unos pocos días, servicio realizado con caballos especialmente entrenados para ello, y cada veinte o treinta kilómetros se contaba en la posta siguiente con el caballo de refresco.
El escudo de los Taxis y el color de sus carruajes era de color amarillo, color llamativo para ser vistos desde lejos y el blasón de esta familia también incluye una corneta, que era utilizada por los correos para avisar de su llegada a las postas, para que tuvieran el caballo de refresco listo para desmontar y montar en segundos. El actual logotipo de los servicios de correos de casi todo el mundo, amarillos y con el dibujo de un cornetín, tienen la misma procedencia, los Taxis.
Pero a pesar de estos datos los vehículos de ruedas, coches, carrozas o calesas, no debían ser muy abundantes en los caminos españoles en los siglos XVI, XVII y la primera mitad del siglo XVIII puesto que los caminos no estaban adecuados al tráfico de vehículos de ruedas, y en invierno debía ser bastante duro, por ello Felipe II en una carta que dirige a sus hijas les indica que para ir de Monzón a Valencia, en este viaje de 1586, se elige el paso por la costa, y por tanto por Traiguera por:
…andamos entendiendo en los juramentos de vuestro hermano, que creo será el primero mañana o esotro y después los demás, pues han de ser tres días, cada reino el suyo, y con esto pensamos partirnos en pasando este mes e ir por Valencia, aunque se rodea un poco, por no ir por tan fria tierra como por la que venimos… Monzón a 5 de noviembre,1585
Un gran viaje con caminos dificiles de transitar que tuvo a Traiguera como lugar de visita y descanso el 6 de Enero de 1586, continuando hacia Castellón y Valencia y con destino final Madrid, dando por terminado el gran viaje.