Se adquirieron las casas y se comenzó el derribo de elementos estructurales dañados, fundamentalmente vigas de madera y tabiques de tiempos cercanos, sin tocar todos los muros maestros de la gran casa que estaban íntegros y algunos de ellos de un grosor de más de 90 cm.
Se conservó el muro de la fachada, picando la capa de enlucido y dejando al aire todas las piedras trabajadas en torno a las ventanas y un contrafuerte entre las casas 2 y 3 .
Asimismo en uno de los muros centrales de la casa se adivinada un hueco que se había cegado con ruda mampostería, Lo derribamos y nos apareció un alto arco de medio punto con piedras de sillería de calidad media
Entre otro de los descubrimientos nos apareció entre maderas y paja un gran trull de vino, un gran trabajo de piedras talladas en curva para dar un volumen cilíndrico perfecto de 2m. de diámetro de base y 3 m. de altura.
Asimismo se encontraron restos de prensas de aceite de gran tamaño y de dos hornos, uno de gran boca de piedras de sillería y otra construcción de ladrillos de terracota, ambos estaban curiosamente a la altura del segundo piso de las casas.
Se conservaban en la planta baja y en el segundo piso, dos marcos espléndidos de puertas o paso entre dependencias de excelente trabajo en piedra que indican la gran categoría de la casa inicial que existía en este lugar.
Entre otro de los descubrimientos nos apareció entre maderas y paja un gran trull de vino, un gran trabajo de piedras talladas en curva para dar un volumen cilíndrico perfecto de 2m. de diámetro de base y 3 m. de altura.
En el exterior a la calle La Font destaquemos la gran puerta principal con grandes dovelas y perfecto acabado en piedra. Vecinos del lugar indicaron que había pertenecido a un antiguo convento de La Jana.
Ventanales con asientos de piedra donde seguramente las damas pudieran pasar allí las tardes de invierno en busca de luz, o en busca de cotilleos al divisar las calles del pueblo, o simplemente bordando.
En la zona a estos asientos se les llama «festejadors»
La casa se ha abierto interiormente a la luz, con la construcción de un gran lucernario rectangular de 15 metros cuadrados, que desde la planta más superior, proyecta la luz natural que inunda todas las dependencias de la casa.
Una gran salón con un hogar de piedra en la segunda planta y otro salón con gran pantalla de cine y chimenea de leña de fundición son los lugares de estar de la casa construidos en esta restauración.
También se ha recuperado la cueva con acceso desde el garaje que se emplea como bodega y se baja a unos 8 metros de profundidad.
Esta cueva realmente es un tramo de uno de los pasadizos subterráneos que habían en el casco antiguo de Traiguera y que se comunicaba con el exterior de la muralla.
Queremos agradecer la gran aportación profesional de Santiago Gil y Manolo Dauffí de la empresa Octógono Arquitectos, que hicieron el proyecto, a los constructores Ramallets y su hijo Enrique con su equipo Juan, Pepe, Dimitry, etc., a Joaquín el encargado de la electricidad y fontanería, a Chano encargado de la pintura, al alcalde Vericat primer contacto que tuvimos en Traiguera, al equipo del Proder, y a muchos más que han aportado materiales y tiempo de trabajo y que sin ellos no se podría haber conseguido realizar esta casa. Gracias a todos y al pueblo de Traiguera.
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